Nos llama el insomnio...

Noches frías...


Cada vez más frecuente y menos interesante, el insomnio se hace presente.
Como nos oscila la incomodidad de encontrar aquellas cosas a las que no le hacemos frente por temor, y mientras intento darle sentido a un mate con café y canciones de Pearl Jam que me desmotivan de manera placentera. Y es que a veces sentirse mal está bien, creeme, está bien...

Es interesante dejarse llevar por los sentimientos que un buen tema puede inducir, letras en una lengua, en la lengua que todos creemos entender pero poco nos animamos a hablar, y no. No hablo del inglés, si no de aquella que nos permite expresarnos de una manera más sensata, la del corazón...



Y bien, ahora entrados en tema van queriendo asomar las ideas que uno en sí, no las llama, no las necesita. No cuando se quiere dejar llevar por los impulsos...

Uno de ellos hoy es festejarme la soledad, la helada soledad de ésta maravillosa noche de desconcierto. Claro que es una manera incongruente de decirme que la demencia es una personalidad rara en alguien consciente de ello, no debería...

Entonces una vez que dejo asomar esa idea, surgen las preguntas...
Sin ir a buscar opiniones ni recursos, ¿Se han planteado qué es lo que objetivamente llamamos soledad?
De seguro no es a la falta de compañía, al menos no en mi caso. La soledad es un pequeño espacio vacío en una línea temporal que no influye en el camino del ser, casi como un pedazo de hoja que sirve para una nota y nada más.

O, ¿Es felicidad hallarse solo, o más bien un puñado de tristezas al verse solitario?. La facilidad con la que muchos se ofenden cuando le das la libertad de sentirlo de una forma distinta a lo que sienten...
¿Acaso no es felicidad darse cuenta que estar solo esta bien?...

Años llevó reaccionar a tal paradójica conclusión, paradójica porque hoy más que nunca la familia es mi prioridad. Pero internamente existe un mundo o plano existencial del ser olvidado, que naufraga en los recuerdos de forma sensorial, que observa la niñez que abruptamente fue transcurrida y superada con enormes sacrificios para deshacerme mil veces de esos pozos depresivos que ningun niño deberia sentir nunca. 

Entonces en ese viaje del espacio-tiempo mental transcurren los momentos en donde se observa esa soledad que significó mucho despues, felicidad. Trayendo frases inimaginables como "los amigos no van a estar toda la vida", "hay que tener fe, no podes no creer en nada" o "el tiempo todo lo sana". La inmediata reflexión es que si, muchos "amigos" desaparecieron pero un puñado los conservo eternamente. Sigo sin creer en entidades superiores a mí, porque creo en mí mismo, creo en la capacidad de las personas. Mierda, claro que lo sanará, pero deberás repetirlo mil veces para corregir tus procesos de sanación. He aquí ese momento de soledad, la búsqueda interior, esa que en profundidad podrías realizar pese a estar rodeado de gente. Esa que con un recuerdo, como si se tratara de una vista panorámica al pasado podría hacerte sonreir solo por haber superado con ansias esas frases que son más piedrazos que consejos de vida. 

¿A qué le teme la gente en general cuando se siente sola?, o ¿es que encuentran una necesidad en rodearse de personas que tarde o temprano te causaran un sufrimiento por más mínimo que sea?. He observado que cuanto más mayor se pone uno, mas miedo le da de morir en soledad, habiendo pasado toda una vida viviendo así... Caso contrario, en la mayoría de las personas, cuanto mas chico es uno más busca socializar, o al menos hacerse notar. Y una vez más, hago notar la incongruencia o demencia del humano por añorar lo que no tiene... 

¿Realmente estamos enfermos del alma por naturaleza o adquirimos la enfermedad conforme vamos madurando?, me refiero a la demencia, a la soledad, a la agónica necesidad de hacerse ver... 

Dejo plantado esto, la vida es un péndulo gente... 

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